miércoles, 26 de agosto de 2009

Principio y Fundamento

El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su ánima; y las otras cosas sobre la haz de la tierra son criadas para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es criado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar dellas, quanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto para ello le impiden. Por lo qual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío y no le está prohibido; en tal manera que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados. (San Ignacio, Ejercicios Espirituales 23)

Sobre la Oblación de la Obediencia

(...) si hemos de tener aquel modo de vivir por mejor, en que a Dios se hace más grato servicio, éste tendremos por tal en que se hace de todos la oblación de la obediencia, que sobre todos los sacrificios acepta: La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad más que la grosura de carneros (1 San 15, 22)
(San Ignacio en la carta a los Padres y Hermanos de Gandía, 29 de julio de 1547)